El diagnóstico es la clave
Intentar poner solución a una lesión sin conocer el diagnóstico exacto es cómo pedirle a un mecánico que realice una reparación sin que sepa qué prenda es la que hay que reparar.
Aunque parezca mentira la manera más fiable que tenemos hoy en día para realizar un diagnóstico preciso es…la de siempre:
Dejar al paciente que se explique, preguntarle sobre los detalles que pueda ayudarnos al diagnóstico y explorar al paciente. A menudo pacientes que llegan a mi consulta después de visitar varios especialistas me comentan que es la primera vez que el médico les pide que se suban la manga y les toque para explorarlos! FOTO 1
Puedo afirmar que realizando este aparentemente “arcaico” procedimiento podremos llegar en el 90% de los casos al diagnóstico o por lo menos dudar entre muy pocos diagnósticos.
Para mí las pruebas complementarias (TAC, resonancia, ecografía, etc…) simplemente sirven para corroborar el diagnóstico o para acabar de decidir entre las opciones diagnósticas entre las que dudo y para ver el alcance o las características de la lesión para decidir sobre el tratamiento más adecuado.
En nuestro centro llegan a grandes rasgos tres grandes grupos de pacientes:
Un gran grupo (aproximadamente el 70%) son pacientes que visitan por primera vez un especialista y que presentan una patología común (artrosis de los dedos o especialmente del pulgar, síndrome del túnel carpiano, dedos de resorte, enfermedad de Dupuytren y un larguísimo etc… ). En estos casos mi misión es realizar el diagnóstico preciso y, adaptado a cada paciente, buscar la solución más efectiva posible y de la forma más sencilla y menos agresiva para el paciente. Es decir, solucionar lo antes posible con la mínima molestia para el paciente.
Un segundo grupo (aproximadamente el 20%) lo constituyen pacientes que presentan problemas complejos, secuelas de lesiones, con cirugías previas, que ya han pasado por un buen número de consultas o períodos de fisioterapia y que no ven solución. Estos pacientes constituyen un auténtico reto para mí y me lo tomo como un proyecto personal. Casi siempre se puede hacer algo, pero es necesario profundizar en el caso y darle vueltas a la solución y aquí es donde creo que acaba de cobrar sentido mi especialidad.
El tercer grupo de pacientes (aproximadamente el 10%) son aquéllos que sufren alteraciones en la extremidad superior como secuela o en el contexto de otra enfermedad sistémica como enfermedades reumáticas con todas son lesiones asociadas imaginables, enfermedades neurológicas, enfermedades metabólicas como la diabetes, etc...
En estos pacientes es necesario tratar sus lesiones y uso los mismos principios que en grupo anterior, pero además debo coordinar los tratamientos con los demás especialistas que llevan al paciente y hablar con ellos. Para mí esto es fundamental. El tratamiento de un especialista no puede ser incompatible con otro tratamiento que el paciente ya esté realizando…para eso la solución es simple…coger el teléfono y hablar.
A la hora de iniciar un tratamiento de fisioterapia es fundamental una buena comunicación médico-fisioterapeuta. Sin esa coordinación es mucho más difícil llegar a unos buenos resultados.
En los tres grupos, el diagnóstico preciso es la clave para encontrar la mejor solución. Identificar con la máxima precisión que, y cuántas estructuras están afectadas, ver cómo se afectan entre ellas las diferentes lesiones, tratarlas todas y cada una y no quedarnos con la primera que diagnosticamos.
Un ejemplo: después del termino tendinitisepicondilitis o “codo de tenista” se esconden hasta 8 patologías diferentes que implican 5 tendones, varios ligamentos, un nervio y un menisco. Cada una de estas patologías tienen tratamientos diferentes y además pueden presentarse más de una a la vez en un mismo codo…y sin embargo para muchos especialistas hoy en día sigue siendo un solo diagnóstico y tratan a todos los pacientes igual.
En conclusión: escuchar, preguntar y tocar… son las principales claves para llegar al diagnóstico. Las pruebas son claves para confirmarlo y ayudarnos a decidir el mejor tratamiento.